02 mayo 2009

¿De quién es el nombre, Suyo o nuestro?

Génesis 11:4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra


Mientras leía esta mañana este versículo saltó hacia mí mientras hacía planes para el año nuevo. Veo donde he estado, lo que he logrado, cómo no he logrado mis objetivos y hago más planes.

Una de las tendencias principales que tengo es querer hacer grandes cosas, ver a Dios hacer grandes cosas supuestamente para Su honra y gloria. En realidad muchas veces estoy buscando el “éxito.” Estoy buscando edificar mi nombre.

Mientras leía este versículo me di cuenta cuán malo puedo ser y cuán egocéntricos son mis ideas y planes. Debería aprender a continuar planeando y trabajando pero no para enojarme con Dios cuando no me da el éxito que quiero.

Algunas veces cuando las cosas no funcionan pienso que Dios no me está bendiciendo, que está enojado conmigo, que he fallado. ¿Significa eso que estoy buscando Su nombre o mi nombre?

Sé que todos los misioneros y pastores son dignos de su salario tanto como los hombres de negocios que planean. Planeamos para él pero quizá no según Su gloria.

Oro para que tenga un bendecido y maravilloso Año Nuevo. Por años he dicho que estamos usando la fidelidad como una excusa para la flojera y aún creo que puede ser el caso.

Pero por otro lado somos tan orientados a los resultados que podemos hacer lo que pensamos y perder nuestra fidelidad. Oh, entienda la voluntad y camino de Dios y agrádele con sus actitudes.

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